El Castillo de Santa Catalina, está situado en el cerro del mismo nombre que se encuentra junto a la playa Chica y a la Isla de las Palomas. Con una estética que recuerda a construcciones renacentistas, desde 2001, está incluido en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz, en la categoría de monumento.
Historia
Por su ubicación estratégica, el Cerro en que descansa en la actualidad el Castillo de Santa Catalina, ha albergado diferentes construcciones defensivas a lo largo de la historia, aunque realmente debe su nombre a una ermita que se elevaba sobre el cerro.
En la década de 1770, la ermita, fue convertida en almacén de pólvora. En el siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, es demolida y convertida en un fortín de artillería del que todavía hoy pueden apreciarse restos. Alrededor de 1897 Tarifa dejar de ser un punto estratégico de interés y el fortín es abandonado aunque en la Segunda Guerra Mundial vuelve a ser utilizado con fines defensivos.
En 1930 se levanta el palacete con este peculiar estilo de inspiración renacentista de la mano del Ministerio de Marina con la intención de que albergara un telégrafo óptico de señales marianas, aunque este, nunca llegó a instalarse.
Durante la Guerra Civil Española, el Castillo de Santa Catalina, es blanco de bombardeos y finalmente es declarado inútil para cualquier tipo de servicio. Tras unos años de abandonos, y de diferentes dueños dentro y fuera de la legalidad, en 1972 vuelve a pertenecer a la Marina, que lo convierte en el Centro de control de paso de buques del Estrecho de Gibraltar, para finalmente, acabar siendo un centro de observación meteorológica de la Armada y del Instituto Nacional de de Meteorología.
El Castillo de Santa Catalina en la actualidad
Desde 2001, el Castillo de Santa Catalina, es titularidad del Ayuntamiento de Tarifa, quien solicita a la Junta de Andalucía, su denominación de Bien de Interés Cultural.
Aunque hay muchas voces a favor de su restauración y su transformación en museo, hoy en día tendremos que conformarnos con observar su belleza desde el paseo marítimo de Tarifa, desde la playa o desde el puerto.